La vitamina K es esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo, porque es responsable de la coagulación de la sangre, regula la producción de la protrombina, la prevención de la hemorragia en caso de lesión. También reduce el sangrado menstrual excesivo y pesado.
Muestra propiedades anti-hongos, analgésico y antiinflamatorio. Es esencial para la formación adecuada del hueso e inhibe el desarrollo de tumores.
La dosis diaria recomendada de esta vitamina es de 3 a 4 mg.
Fuente de vitamina K son los vegetales verdes y frondosos tales como espinaca, brócoli, nabos, lechuga, repollo, frutas, yogur, huevos aceite de soja.
La deficiencia de esta vitamina en la dieta provoca la coagulación de los pobres, dando lugar a frecuentes hemorragias internas y externas, dificultad para la cicatrización de heridas y un mayor riesgo de desarrollar cáncer.
La vitamina K es por lo general no tóxico, pero su exceso puede causar anemia y la desintegración de los glóbulos rojos.